Conéctate con tu verdadera voz

En este artículo, aprenderás a utilizar el canal de tu voz, para alcanzar un grado de armónica sintonía entre el cuerpo y el espíritu.
Al nacer, gritamos a pleno pulmón, pero luego dejamos de prestarle atención al tono y a la articulación de nuestra voz, lo que nos lleva a perder equilibrio interno. Nuestra voz, refleja nuestra convivencia con el cuerpo y las emociones. Reeducar el contacto íntimo entre la voz y la expresión de la personalidad, puede ayudarte a reencontrarte con la serenidad que quizá hayas perdido. Los ejercicios que verás a continuación, te permitirán hallar tu equilibrio interior, y además a revitalizar el organismo, renovando sus energías y armonizando el intercambio entre tú y tu entorno.

 

EN BUSCA DEL SONIDO PRIMORDIAL

• De pie, ante un espejo, inhala y exhala suavemente por la nariz. Tus hombros y la parte superior de tu pecho no deben moverse. Al final de cada expiración, cierra la boca y nota como el aire vuelve a entrar por tu nariz.
• Luego de 5 o 6 respiraciones, mírate al espejo y piensa en algo que te haga sonreír. Recorre la secuencia de esta sonrisa: empieza viendo los ojos que se iluminan, y entonces verás cómo naturalmente la boca sonríe y los músculos faciales se relajan.
• Deja que tu lengua descanse en la base de tu boca, con la punta apoyada en los dientes inferiores. Esto creará el máximo espacio y libertad.
• Ya estás preparado para emitir el sonido de una “A”, muy bajito. Deja caer la mandíbula y di “A”.
• Inspira, y usa la expiración para decir “A” suave y libremente.
• Repite esto varias veces, viendo como produces ese sonido sin forzarlo, en forma natural. Al repetirlo, sé muy consciente de tu postura y tu acción.

RESONANCIA Y RELAJACIÓN

• Di “Mmmm…”. Mientras lo haces, trata de que el sonido resuene en el interior de tu cabeza, de manera que vibre. Cuanta más vibración percibas, menos aire perderás por la nariz, y mejor calidad tendrá el sonido.
• Luego apoya suavemente tu mano en la mandíbula, sin apretar, con el pulgar a un lado y los demás dedos en el otro. Muévela con suavidad, sin forzarla, abriendo la boca y cerrándola.
• Luego de unos minutos, relájate bostezando. Un bostezo es muy fácil de provocar, y verás como la mandíbula se suelta y permite que la voz salga sin esfuerzo.

USA EL TONO MEDIO AL HABLAR

Las tensiones de nuestro día a día, hace que aveces se hable en un tono más alto o bajo de lo natural de cada uno. Con esta práctica, podrás hallar el verdadero tono medio que te corresponde.

Elije una frase corta que empiece con una vocal, y cántala en un tono medio que te quede cómodo. Lugo canta la primera vocal de la frase, en el mismo tono, y di hablando el resto de la misma. Hazlo en dos formas: interrogativa y enunciativa, para que la frase suba y baje desde la nota media. Si tu tono de voz es bajo, repite el proceso, subiendo la entonación. Si tu tono es más bien agudo, hazlo bajando la entonación. Mientras pronuncias la frase, asegúrate de que hables, y no vocalices en forma muy musical, arrastrando por la primera vocal cantada.

Con la repetición diaria de estos ejercicios, luego de un tiempo percibirás una especie de sana relajación en tu cuerpo e interior, además de encontrar tu tono de voz natural, y equilibrar las energías de tu cuerpo y mente!